viernes, 17 de junio de 2011

El viaje de los "amarillos", que terminó con todos rojos.

"Yellow Party" en el Museo de las ciencias. Viernes 10. Así empezaba la noche del viernes, que daría paso al fin de semana en "Cinque Terre" (ingenuos nosotros). Ese era el título de la noche y, durante el viaje comprobaríamos, que también sería el título del mismo. Pero bueno... como los españoles estamos muy a gustito en los botellones se nos olvida que aquí los sitios cierran muy pronto. Tanto que intentar entrar al museo a las 3.30, fue misión imposible (excepto para Mario, que no sabemos cómo, pero siempre se cuela). Después de pasarnos más de una hora decidiendo qué hacer, terminamos camino de Murazzi, para variar. Concretamente a Giancarlo, ese lugar que empiezas bailando un poco apretada y terminas huyendo de decenas de tíos dándose golpes y empujándose. Eso lo consigues hasta que dos de tus amigos (Rober y Sergio) empiezan a hacer lo mismo, pero sólo contigo. Y de repente se miran y acto seguido te encuentras sobrevolando el pub y temiendo por tu vida (Bea puede dar constancia de mi cara allí en los aires). Gracias chicos :) Y ya a las 6, aparece Mario todo borracho (más que el resto de despojos humanos que llevábamos allí dos horas) y nos anuncia que es hora de ir a recoger las maletas.
Y ahí llegaron los primeros amarillos: Elena Zaquetines y Fer se nos quedaban en tierra. A punto estuvo Mario de hacer lo mismo, por culpa de un pequeño percance con las vías del tram. Pero llegó.
Casi tres horas de "siesta" después (para los que pudieron dormir), llegamos al pueblo dónde dormiríamos. (Para los interesados: no, no era ninguno de 5terre, gracias). Los despojos que habían ido de reenganche para el autobús se pegaron una ducha y nos fuimos a recepción (llena de carteles que te "incitaban" a casarte) a decidir el planing del viaje. Conclusión final: día de playa y mazó de 28€ para ir a ver 5Terre al día siguiente (ingenuos nosotros).

Un vuelta y vuelta en la playa de arena fina, un par de baños y unas cuantas cervecitas, para ir cogiendo ritmo para la noche. Pero sólo tomamos una o dos, porque, según palabras de Simone en el aperitivo de esa noche "el año pasado nos hinchamos con la comida y nos dieron las copas que quisimos, que salimos de allí ya borrachos". A eso de las 9 de la noche, le cambiamos el nombre al aperitivo. Pasó a llamarse APERITIMO. Estoy segura de que muchos de nosotros nos haremos toda la semana arroz tres delicias y focaccia pan con sal, con mucho sal, para comer y cenar. Consecuencia: siguiente parada, una heladería.
Aunque la idea era hacer botellón en la playa, descubrimos que mejor no pasar frío y sentarnos en la "Plaza de la Iglesia". Vale que llevemos todo el Erasmus haciendo botellón sin hielos, pero esa noche era imposible. El primer cubata (amenizado por la gran retransmisión de los penaltys del Granada-Celta de Gael) se hizo eterno, ni juegos, ni nada. Hasta que llegaron las salvadoras, Mai y Bea, con una bolsa repleta de hielos (la que al día siguiente deseamos que no hubiese existido). Tras el intento de llegar a un local para bailar y hacer feliz a Mai a las 3.30, unos chicos muy amables (tan amables que nos invitaron a una orgía) nos pusieron los pies en la tierra "tutto chiuso". Así que volvimos a nuestra querida plaza, con un banco nuevo en manos de Ángel Murcia y Dani (dato todavía por confirmar). Por aquellos tiempos, ya éramos pocos los supervivientes que decidieron terminarse el alcohol (que para algo lo habíamos llevado) e irnos al albergue a dormir, puesto que el barco salía a las 9.30 del puerto.
Pero como buen viaje que se precie, decidimos que los caídos antes de tiempo deberían ser aviados. En nuestro poder teníamos las llaves de tres habitaciones, sólo había que elegir víctimas. El primero fue Joaquín Morcillo (o Bombillo después del día de playa y su colorcillo de piel). Las heridas de guerra no fueron demasiadas, las normales ante un ataque como estos. La segunda fue Vir. ¡Pobre, a esa sí que le caímos todos encima! Se rumorea que al día siguiente no se pudo levantar a su hora (mentira, ¡borracha!). Y el tercero y último (y el mejor, con MUCHA diferencia) fue Rubén Málaga. Entramos todos en la habitación (allí podría haber entrado una discoteca móvil que no se despertaba ni a la de tres), nos pusimos en posición, Sergio cámara en mano y procedimos al aviamiento. Aquella cara nos quedará para el recuerdo eternamente. Algunos no pudimos ni llegar a saltar encima. Fue verla y empezar a descojonarnos. Estoy segura de que quedará marcada en los anales de la historia de los avíos.


Y ya sí, siendo las 4:30/5 (più o menos), poniendo alarmas a las 7:30,7:40 (sabiendo que no se despertaría ni pirri) para poder estar listos a las 8; nos fuimos a dormir y descansar para el largo día que nos esperaba en 5Terre (ingenuos nosotros).

8am. Habitación de las chicas.
Vir al habla "chicas,son las ocho". Se escuchan murmullos entre las sábanas y alguien pregunta "¿a qué hora hemos quedado?". Vir responde "a las ocho". Más murmullos. Y de repente: "ey,vamos bajando,¿no?". Un momento "¿ese es Sergio?". Vir se levanta de cama y abre la puerta. La cierra y dice: "¡¡chicas, que los chicos ya están listos!!". Aproximadamente quince minutos después, las cinco chicas estábamos todo lo espléndidas que se puede estar de resaca y después de haber dormido unas escasas cuatro horas (o menos). De camino al barco, algunos optan por desayunar algo y otros, como Sergio o yo, ya nos olemos lo que puede pasar y decidimos dejar el estómago vacío.
9.30am. Nos montamos en el barco rumbo a 5Terre. Y ahí, los amarillos ya fueron un colectivo. Todos empezamos en la parte superior, de risas, de ¡qué gracia el barco! ¡Vamos hasta abajo a la parte de delante a gozarlo!

Hasta que pasa media hora y el silencio se apodera de cada lugar en el que había erasmus españoles resacosos. ¡Toditos amarillos! El proceso era el siguiente: conversación/risas, silencio y contacto. ¡Chao! Ya estabas más amarillo que Elena la mañana anterior.
Después de una hora y media que se nos hizo eterna en el barco del pájaro loco con la excursión del inserso (a la que tenemos que agradecerles sus camareros jóvenes y atractivos que subieron a repartir más focaccia para todos), pisamos tierra firme: Monterroso, el primero (y, el que dos horas después, descubriríamos que sería también el último) pueblo de Cinque Terre. Casas de colores y un pueblo muy acogedor, la verdad. Tuvimos una horita para conocerlo y luego volver al barco de la tortura. Antes de subirnos al nuestro, pudimos observar cómo bajaban los pasajeros de uno que acababa de llegar. ¡Esos sí que iban amarillos! Caras blancas y dos mujeres tumbadas, siendo examinadas por un médico. ¡Gozaron el viajecito más que nosotros!
Esta vez, decidimos montarnos todos en la parte de delante. Sabíamos que arriba lo íbamos a pasar mal, así que decidimos probar suerte. ¡Y nos salió bien! Bueno... a todos, menos a Mai.

Esta vez, la amarilla fue sólo ella: silencio, contacto con Vir y luego el doble agarrando mi mano. Suerte para ella que fue media horita. Media horita en la que el capitán del barco muy amablemente nos fue señalando los demás pueblos de Cinque Terre. Sí, en este viaje descubrimos que no íbamos a parar en más pueblos, estábamos al servicio de lo que hicieran los queridos viejecitos que nos habían acogido. ¡Yuhu! Así que nuestra segunda y última parada, fue Portovenere: patrimonio de la humanidad y lugar también recomendado para visitar. Tres horas allí que nos dieron para descubrir que era un pueblo que fabricaba aire, el bolo y demás historias traumáticas de la infancia de Mai y darnos otra mini-sesión de sol (o siesta en el caso de Sergio).

Todo hay que decirlo, aunque fue mini, a Lucía le llegó y le sobró. A ella también le cambiamos el nombre. Pasó a ser: Sebahtián (el cangrejo de La Sirenita), supongo que sobran las explicaciones. Aún así, le podéis pedir que os enseñe sus piernas. Accederá amablemente.
A las 16.30, cogíamos, ya por última vez, el barco del pájaro loco, para volver a Liguria (el pueblo donde teníamos nuestro albergue). Recogimos las maletas, algún pequeño robo necesario sobretodo para la cama de Mario, unos toques al balón y a las 8 ya estábamos en el bus de vuelta a Torino.
¡Gran viaje a Cinque Terre y Portofino!

martes, 14 de junio de 2011

Ese pequeño pueblo llamado Torino

Algunos dicen que no les gustaría vivir en un pueblo. Para ello argumentan que te acabas cansando, que ver siempre a la misma gente en los mismos lugares se te hace monótono, que caminar por las mismas calles día a día es aburrido.

Los pocos afortunados que hemos vivido esa experiencia sabemos que muchos son los defectos pero también muchas las virtudes. No importa tanto conocer gente sino conocerla bien. No resulta monótono porque descubrir personas importantes hace que te descubras a ti mismo. Las calles por las que pasas no son calles cualquiera con un nombre cualquiera, empiezan a tener significado por las cosas que vives allí y por quién las vive contigo.

Hoy, hace 9 meses que un servidor aterrizó en la ciudad de Torino. Había vivido siempre en lugares pequeños y en este nuevo destino podría parecer Paco Martínez Soria en su obra “La ciudad no es para mí”. Con el paso del tiempo la urbe se ha empequeñecido, tanto que me recuerda a mi querido Belorado. Bendito símil.

Los días han pasado demasiado rápido para que ni siquiera pueda plantearme cansancio o aburrimiento y he descubierto que vaya donde vaya siempre he tenido la suerte de tener gente a mi alrededor. ¿Será que Torino ya no es una ciudad para mí? Puede parecer una pregunta estúpida pero cuando uno vive un año como el nuestro se da cuenta que no.

Hemos convertido nuestro nuevo lugar de residencia en nuestra casa, la frialdad de una urbe en el calor de un pueblo. Salir por los mismos sitios no nos aburre porque siempre hay algo que contar y alguien que te cuente algo nuevo. Viajar, ver ciudades y descubrir países diferentes han sido el día a día de muchos. Nos hemos dado cuenta de que el mundo en el que vivíamos era demasiado pequeño como para desaprovechar la ocasión y no conquistar nada nuevo. Hemos hecho de Torino parte de nuestras vidas, la hemos colonizado y nos ha enseñado quienes somos.

Antes de llegar muchos estaban apenados por abandonar sus orígenes, ahora toca volver y la tristeza será mayor pero lo importante es que aquí, en Torino, tendremos siempre otro hogar donde regresar y que por toda España estarán las personas que han hecho que nos sintamos como en casa.

Dicen que los “erasmus” tenemos un encanto especial, que damos vida y colorido allá por donde vamos. Yo añado algo más, creo que los “erasmus” tenemos la virtud de hacer pueblos las ciudades, de convertir un año alejados de los nuestros en un año más unidos con otros nuevos ayer, amigos hoy y hermanos mañana.

Seguiremos visitando ciudades en verano, el año que viene y posteriores, perderemos el contacto con muchos y nos quedarán amistades que nunca podrán perderse. Lugares del norte al sur nos serán familiares durante toda nuestra vida, pero un lugar; Torino, ya es parte de todos. Para mí, es otro pequeño pueblo que nunca podré olvidar, y junto a mi querida Segovia, es mi segunda casa.

lunes, 6 de junio de 2011

Viaje en furgoneta (2º Parte)

Despertamos con la luz del sol, el rocío congelándonos los huesos y con el cuello medio partido. Los chicos oliendo a tigre de bengala y las chicas con el pelo enredadísimo y asqueroso, tanto que Sergio le tira un filtro que se supone que tiene que rebotar a Lucía y este se le queda pegado en el pelo. Mother of god, que ascazo!
Nos montamos en la furgo dirección super a por más comida alcohol, algunos entran al super y otros se quedan dentro y llegan con un carro lleno de provisiones. Lamentable.

Pasamos 4 horas buscando el puto albergue, primero a la estación, abrimos la puerta se cae una cerveza, luego un rato dando vueltas por la ciudad por si mágicamente aparecía el albergue, decidimos que lo más sensato es volver a por el GPS a la residencia querida. Ya que estamos allí aprovechamos para comer, abrimos la puerta se cae otra cerveza, comemos dejamos todo echo mierda pan bimbo en el suelo, cervezas, lonchas de jamón york y descargando nuestra energía negativa sobre la bici del parguela y abandonamos el lugar en dirección al albergue. Una vez en la calle después de cruzarnos con un boyscout amigo de Lucía, abrimos la puerta esperando escuchar el maravilloso ruido de una cerveza caer y preguntamos a una señora.
- Scusi, dove è il albergo nosecuantos?
- Come ti chiami?
- (wtf?) Mario

No mira es que tenemos overbooking y os he reservado en otro albergue, pero tenéis una reserva sólo para tres. Mira y somos 9. Algo no le cuadra. Quienes vais a dormir? Pues estos 3 por ejemplo pero ya que estás reserva para dos más. Nos despedimos de la amable señora y la dejamos colgada con la reserva. Un albergue a tomar por culo y encima nos trollean? Venga ya!

Vamos al otro albergue que esta muchísimo mejor la dueña nunca aparece solo para recibirnos, así que entramos 4 con 9 maletas de mano. Oye pues si que vais cargaditos no? En cuanto la dueña se despide de nosotros colamos a los otros 5. Sí, 9 en una habitación de 4. Nos ponemos en marcha es decir nuestros vecinos de enfrente ven aparecer 4 personajes cargados como burras y ven salir a 3 hadas (Flora, Fauna y Primavera), un Robin Hood, a una campanilla, a dos minnie mouse, un mickie mouse y a un tipo con una sabana que ahi era tu imaginacion la que jugaba a adivinar cual el disfraz. A todo esto, destacar que el tamaño de los disfraces de hada y de Robin Hood eran de talla de 6 a 7 años:
Volvemos a pasar por el bronx para ir a Venecia y decidimos dejarnos llevar y volver a la hora que surja a Padua porque el ambientazo es impresionante y coño, que vamos disfrazados! Nos damos cuenta de que no tenemos alcohol para aguantar toda la noche porque hemos sido tan listos de dejarlo en la furgoneta, nos dividimos cual equipo bien entrenado y comienza la búsqueda de un sitio abierto para comprar vino da tavola como si no hubiese un mañana.
Creo que me conozco cada esquina de Venecia y que nadie la ha recorrido tan rápido como nosotros y con todas las miradas sobre los gorritos de nuestras hadas. Yo para identificar al grupo tan solo tenía q levantar la cabeza y ver el gorrito de Diego con la cinta azul ondeando. Por fin lo logramos y compramos combustible.
Vamos a la Plaza de San Marcos donde hay música, gente disfrazada y un grupo de chinas ansiosas por hacerse una foto con Flora Fauna y Primavera, como el resto de los que estaban allí pero que se reprimían al no pedirla. Mario emocionadísimo empieza a chillar y a saltar y eso pasa a otra dimensión y se convierte en una cruenta lucha por ver quien salta y chilla más rápido si las chinas o Mario. Gana Mario, obvio xD
 
Nos hacemos la foto con las chinas con los ojos medio cerrados y los dedos en V. Rescatamos un botellón abandonado cual pobre perro en una gasolinera, 2 botellas de vodka, una bolsa de patatas y un zumito. Y nos vamos a un concierto que había en un bar que se llamaba Torino.Estamos ahí bailando y todas las miradas posadas sobre las hadas.
Como la fiesta allí acababa a las 3, cogimos el tren de regreso a Padova, haciéndonos amigos de todos los que estaban allí llegamos a la estación, donde unas chicas disfrazadas le preguntan a las hadas Mario y Sergio que si saben como llegar a la discoteca, muy bravos ellos dicen que hombre por supuesto y tan bravos los otros deciden meter a dos hadas borrachas con sus varitas mágicas dando a diestro y siniestro que acaban de conocer en su coche para que les guíen hacia una discoteca. (Habla, Say Saba, o sea yo)Lo que pasó a continuación, fue, en parte surrealista y en parte esperado....Si alguna vez, tienes que llegar a un sitio, en una ciudad desconocida para ti, nunca y digo NUNCA cojas a dos tíos borrachos que van disfrazados de hadas joder!!!, acabamos bebiendo dentro del coche vino a pelo, y conduciendo en dirección contraria por la autopista. Tras varias horas perdidos, por fin encontramos la discoteca de pura chorra.
Una vez en la puerta y tras enseñarle mis calzoncillos de leopardo al portero (si no es por eso no entro), a Mario le entró un bonito amarillo, así que tuvimos que sacarlo fuera, y, tras ser manteado y tirado por el rey Cabadas al suelo, se recuperó. La fiesta había acabado así que decidimos volver al hostal en taxi, pero al haber mucha cola, al gran Mario se le ocurrió una genial idea. Como dijo el gran Her Van vidal o Flora en este caso, la imagen que vio a continuación no se le olvidará de su retina jamas, es una de esa imagen que te pasa por la cabeza antes de morir, es una de esas imágenes que te hacen esbozar una sonrisa sea el momento que sea, es una imagen indescriptible, y es que, amigos y amigas, ver a dos hadas montadas en un bicicleta robada, huyendo de un pelotón de tías furiosas en bicicleta, al grito de ¡eeeh, hijos de puta volved! ¡cabrones!. Lo que sucedió después lo recuerdo con especial cariño. Mario y yo les robamos una bici en la cara a unas tías, huimos cual perros haciendo ''s'' y serpenteando cual borrachos, cuando en mitad de la huida giré mi cabeza y vi a unas 7 u 8 tías en bici persiguiéndonos, le grité a Mario, acelera mamón!!!! y acto seguido nos chocamos con una valla y nos caímos al suelo. El recibimiento de las susodichas no fue muy agradable, lo más flojo que me dijeron fue un "pero de que vais so cabronazos", así que tuve que sacar a relucir mi arte de mediar en las batallas, y todo se soluciono con un "relajate, vivirás más"

Llegamos al albergue las chicas y atacamos el desayuno como si no hubiésemos comido en 3 días, luego llegan nuestros vecinos unos parguelas nivel experto y empiezan a fliparse de lo fiesteros que son. Hablamos un poco con ellos y les decimos lo ciegos que están. Aprovechamos y como buena costumbre dormimos las tres juntas en la cama de matrimonio, poco a poco va llegando el resto de la gente, primero Dani, Diego y Ramón y luego Mario y Sergio, es que Robin había quedado con Lady Mariam.
Mario a una esquina de la cama de matrimonio ve la mesilla puntiaguda demasiado cerca y peligrosa y decide hacerle el rollito a Vir, le trollea el sitio y acaba Vir al borde de la cama teniendo que poner ropa sobre la maleta de Sergio para amortiguar la caída.

Despertamos cual grupo de yonkis apestando a alcohol, y mientras nos vamos duchando Mario misteriosamente desaparece y entra de nuevo en la habitación con un tostador en una mano y una bandeja llena de bizcochos, croissants, tostadas y mermelada de melocotón (un día me descuido y me matan). Encaprichados con el tostador nos lo llevamos a casa y nos enteramos de que a nuestros vecinos parguelas la noche anterior les echaron por liarla. Vamos que nosotros nos metemos 9 en una habitación de 4, saqueamos el desayuno y robamos un tostador y tan campantes, eso es el karma. Todos limpios comenzamos a salir del albergue mientras el que limpiaba se quedaba flipando de la cantidad de gente que salía de esa habitación. Salen primero 3, perfecto, el tío comienza a alucinar cuando ve salir a otras dos chicas, luego sale otro chico y cuando se pensaba que no iba a salir nadie más salgo yo despidiéndome de otros dos que se quedaban dentro.

Ya llega el fin de esta locura de viaje, Mario y Sergio se quedan una noche más en Verona y nosotros vamos a los carnavales de Ivrea a los cuales no llegamos y aprovechando que teníamos la furgoneta fuimos a visitar Bergamo... Derrotados tras estos 4 días tan intensos llegamos al fin al aeropuerto a dejar la furgoneta y cómo no los mazós no nos abandonan, el tren que nos lleva de vuelta a casa está cerrado y el bus alternativo lo hemos perdido así que tenemos que esperar una hora en el aeropuerto, dormidos en el autobús llegamos a nuestro hogar.

Un viaje como ninguno.

Y cuidado! Qué llegan obras!

(Entrada escrita por Say Saba y Pruden Ajax)

viernes, 3 de junio de 2011

Viaje en furgoneta (1º Parte)

Todo comienza con la entrada triunfal de Mario y Sergio como piloto y copiloto de la furgoneta, mientras el resto esperaba cual grupo de gitanos con más bultos que personas.

Personalizamos la furgoneta con cervezas, comida, buena música (aunque al final fuimos buenos y no tiramos el CD de Vir por la ventana) Nos ponemos en marcha y con el tractor amarillo de fondo cantándolo a grito pelao, Roberto y Dani inauguran las cervezas a las 11 am de la mañana. Como consecuencia de esto cuando entramos en Verona, Rober comienza a meterse en el papel de Robin Hood tirando flechas a las ragazze que pasaban por la calle Ciaoooo bella (flecha al suelo) tre, due, sette, nove...

Primer trapicheo en el albergue de Verona, colamos a uno más aunque bueno... esa noche cada uno durmió donde se dejo llevar. Pasados por agua vimos lo que pudimos de la ciudad pero al final acabamos en una cafetería donde Sergio aprovechó para tender sus calcetines y sobrevivir con servilletas.
El tipo majo del albergue nos dejo hacer botellón allí hasta que ya la estábamos liando demasiado y nos dirigimos (sin perder las buenas costumbres de cantar "azpilicueta", "Cabadas das puta pena"etc etc...) a un bar donde los cubatas eran en vaso de cristal! MANJAR y llevaban un 80% de alcohol, así acabamos unos cuantos se fueron al albergue cuando cerraron y otros continuaron la fiesta en otra discoteca.
Otros como yo (Say) y unos cuanto más como yo, es decir, alcohólicos sin fronteras, nos fuimos a una discoteca llena de negros (sin acritud eh?), la cual tenías que pagar a la salidad, una trap de la hostia...con el consiguiente resultado de saltarnos una valla por el patio trasero, quedarnos un rato hablando de la vida, y cuando quisimos saltar la otra valla para escapar, vino un negro gigante corriendo a por nosotros, GAME OVER.

Al día siguiente reunimos al equipo y vamos en dirección a un mirador que el día anterior habían encontrado Mario y Sergio vagando por la ciudad por casualidad. Pero no sin antes comprobar los frenos de la furgoneta "Eh tío, mira que buena esta esa!" Diego apoya la mano sobre el techo, señal de peligro, despiste de nuestro conductor y a centímetros del coche de enfrente.
Oye la furgoneta frenaba de puta madre.
Sesión de fotos en el mirador y rumbo a Padua. Padua es una ciudad preciosa, con un montón de cosas que ver Llegamos a la residencia Colombo, aparcamos la fragoneta y acampamos puesto que ese iba a ser nuestro alojamiento esa noche. Pero no la residencia sino la furgoneta.

Comimos de las existencias que teníamos, el suelo se había convertido en una rebanada de pan bimbo gigante. Pasame un zumito que soy bocasecaman, zumito por aquí, bimbo por allá. Y vamos a ver Venecia, increíble pero cierto, hicimos unas horitas de turismo
Venecia nos encantó a todos un ambientazo impresionante al ser los carnavales, disfraces curradísimos y los clásicos venecianos.
Volvimos al campamento y las chicas nos colamos en la residencia para poder asearnos un poco. Nos apoderamos del baño.
Había una fiesta dentro de la residencia de un tal Vincenzo. Amablemente nos invitan a entrar. Venga chicos pasad no os quedéis ahí, ah vale muchas gracias!, Oye y las chicas?, Nada que ya están dentro... Po mu biennn

Agradecemos el calorcito de estar bajo un techo, bebemos y justo cuando ya estamos asentados, es decir, hemos felicitado a nuestro amigo Vincenzo, hablado con los invitados, gorroneado un poco de comida... viene la policía a echarnos del ruido que montábamos. Todos desalojan el salón y nosotros, considerados, salvamos las cervezas indefensas que se iban a quedar sin beber, -corre, corre pilla tres! -Joder pero si es que no me caben en la mano!
Buen trabajo soldados!

A Vir se le cae un brik de vino en el suelo lo dejamos todo empantanado y nos quedamos sin lugar para la fiesta. Problem? Para que tenemos una furgoneta? Puertas abiertas, maletero abierto, música bien alta y una rave improvisada que nos montamos TORINO EXPERIENCE!
Comienzan a llegar los que estaban dentro de la fiesta y si quererlo ni beberlo le salvamos el cumpleaños al tipo este. Bebiendo cervezas robadas, bailando sintiéndonos los mas canis del lugar continuamos dándolo todo fuera de la residencia.
Cuando llegamos a la discoteca nos dicen que la entrada son 10 euros... va a pagar quien yo te diga. Despiste del portero y toditos a dentro. Nos pedimos unas cuantas copas más y lo gozamos bailando, si es que ya teníamos el ritmo en el cuerpo!

Volvemos y acabamos durmiendo 5 en la furgoneta 2 en el coche, gracias a dios que íbamos ciegos porque la furgo no es tan cómoda como parece.
Mientras tanto el señor Say Saba y Mario Garcia, estaban ''atracando'' a un friki de la residencia colombo, no queríamos dinero, ni objetos de valor, simplemente un sitio donde dormir. El tío se escabulló y se metió en la residencia, creyéndose que había ganado, ya que había guardia y en teoría no se podía pasar...vilchez!, nos colamos por la puerta principal cual reyes de oriente, subimos a la 2º planta donde el tío salió del cuarto de un amigo suyo, muy feliz, andando por el pasillo tranquilamente, sin esperar que tras la esquina que daba a su cuarto le iban a asaltar dos jóvenes alcohólicos muajajajaja. Resultado = dormimos en el suelo de su cuarto

(Entrada escrita por Say Saba y Pruden Ajax)