viernes, 29 de abril de 2011
Hablar. O simplemente decir las cosas sin pensar.
Entre los dos y los tres años. Esta es la edad que se considera normal para que un humano empiece a hablar. Y de ahí en adelante comience a formar su vocabulario y su diccionario personal. Hablar se convierte en una sencilla operación. Abres la boca y dejas que las palabras salgan. Muchas veces son gilipolleces, otras son argumentos contundentes incapaces de venirse abajo, otras sinceridades que salen de dentro y otras veces, son palabras sin más, en vano. Todos sabemos hablar, bueno, llamémosle mejor articular palabra, dejar que salgan. Todos y cada uno de nosotros tenemos esa capacidad. El problema viene cuando cada uno la usa de una manera y cuando una persona convierte dicha capacidad en la operación más difícil de realizar en un determinado momento. Cuando eres pequeño usas las típicas cartas de dos frases con tres casillas para marcar: sí, no, quizás. Y a medida que vas creciendo te escondes en vasos llenos de alcohol, música alta, roces en movimientos que simulan bailes y demasiado lenguaje gestual y corporal. Pero la dificultad aumenta cuando se trata de hacer algo de día, sin alcohol, sin oscuridad, sin excusas disimuladas que escondan un verdadero propósito. Incluso existen frases ya hechas por los más valientes: ¿quieres venirte a cenar a casa?; espero verte esta noche, porque tengo muchas ganas de hacer el amor contigo; ¿quieres ver una película?; quiero que salgas, me muero de ganas de estar contigo. Son sólo ejemplos que a todos se nos pasan por la cabeza en algún momento determinado de nuestras vidas y que en cada uno de ellos y en cada una de nuestras cabezas ocultamos, callamos, dejamos pasar el tiempo y perdemos la oportunidad del “sí” o del “quizás” cuando el no lo tenemos ya de antemano. Perdemos recuerdos por miedo, vergüenza y cobardía. Perdemos momentos por ser unos gilipollas acobardados. Por ello es tiempo de subirse al pico más alto o de salir al balcón y gritar: ¡qué vivan los valientes creadores de dichas frases y que alguna vez en su vida han ganado recuerdos y momentos por haberlas pronunciado en voz alta! Gracias.
domingo, 24 de abril de 2011
Facilidad o dificultad a gusto de cada consumidor.
Cuando la tentación lo ocupa todo y dejarse caer en ella es lo mejor y lo único que puedes hacer. El mundo de lo sensual y de lo sexual a partes iguales. Somos millones de personas en el mundo y cada uno tenemos una manera de hacer el amor e incluso de darle diferentes nombres. Depende del momento, depende de lo que busquemos, depende de lo que queramos dar y depende de la otra persona. A veces lo que más determina el acto sexual en sí, es la palabra generosidad. Dar a cambio de recibir lo mismo o dar por el simple hecho de hacer disfrutar a la otra persona. Si das y esperas a que la otra persona te devuelva lo mismo, y no es así, se convierte en una mierda de polvo que no ha cumplido las expectativas. Te deja mal sabor de cuerpo y persona. En cambio, si te limitas a dar sin esperar nada concreto de la otra persona, te puede llegar a sorprender o “simplemente” te hace disfrutar. Y al fin y al cabo es lo que buscamos: disfrutar. Hacer el amor de una u otra manera para poder tumbarte en la cama al lado de la otra persona rebosando felicidad y salir a la calle con una sonrisa. Algunos lo hacen pensando en el futuro y en el amor. Y otros prefieren escapar y huir de todo sentimiento, vivir el presente y buscar el cariño en un determinado momento y la sonrisa del día siguiente. “Nada más”. Al fin y al cabo, eso es lo importante, pasárselo bien y ser feliz cuando te estás acostando con alguien. Y eso, que ser feliz no es nada fácil cuando lo complicas todo. De ahí que el sexo sea lo más fácil y sencillo posible, sin quebraderos de cabeza y en el que sólo vale el dejarse llevar. Después es decisión de cada uno complicarlo con posturas, movimientos y mejunjes diversos. O más aún, caer en la repetición de todas esas combinaciones y formes algo parecido al amor. Y eso sí que complicado de verdad. Pero bueno, el amor es otra historia y palabras demasiado grandes. Me quedo con el sexo, que tiene las mismas letras y hace tu camino más sencillo. O al menos, lo intenta, aunque no siempre sale bien. Recuerda que las cosas, siempre, se te pueden ir de las manos.
lunes, 18 de abril de 2011
Sola en casa
Hace una semana se fueron dos de mis compañeros de piso, una a Portugal y otro España. Este domingo se fueron por una semana los otros dos.
Al principio pensé: Estos días me van a venir bien para poner un poco en orden mi vida ya que aquí siempre hay algo que hacer como cumpleaños, fiestas, visitas, viajes, pasar el tiempo en el Parco Valentino, ver una película, planes improvisados o simplemente estar de comentada con tus amigos.
Pero no. Reina el silencio en casa, hay demasiada tranquilidad para mi gusto. Tras todo este tiempo que hemos pasado juntos te das cuenta que con esa gente con la que pasas 24 horas de tu vida ha pasado a convertirse en tu familia, gente con la que compartir los sucesos del día a día, tus problemas o preocupaciones por muy banales que sean, apoyarte en ellos cuando necesitas ayuda, a la vez que disfrutar juntos de esta experiencia única que es el Erasmus, de compartir mil anécdotas, de vivir momentos que nunca olvidaremos, de reírnos y disfrutar como nunca lo hemos hecho.
Te das cuenta de que ya estamos en Abril y que el tiempo pasa tan rápido que no te da tiempo de asimilar todo lo bueno que te ha ocurrido este año y la cantidad de personas que has conocido. Lo que has evolucionado y madurado. Cómo has cambiado de opinión en ciertos temas o gustos y has seguido aun más firme en otros. Aprendes a darle valor e importancia a las cosas que realmente la tienen y no ha preocuparte por cualquier cambio que sucede en tu vida. A dejarte llevar (confiar en el karma), tolerar, perdonar y adaptarte. A decir en alto lo que sientes, a no regodearte en lo malo y a ver el lado positivo de las cosas. A plantearte si quieres modificar algo de tu vida y buscar otro camino. Además de conocerte a ti mismo, ser valiente y tener paciencia.
Aprendes sobretodo que no todas las personas permanecen en tu vida para siempre pero las importantes sí marcan un antes y un después.
Han pasado dos días y ya les echo de menos, pero no pasa nada porque mañana vuelve mi "hermana" y todavía nos queda mucho por vivir aquí =)
Al principio pensé: Estos días me van a venir bien para poner un poco en orden mi vida ya que aquí siempre hay algo que hacer como cumpleaños, fiestas, visitas, viajes, pasar el tiempo en el Parco Valentino, ver una película, planes improvisados o simplemente estar de comentada con tus amigos.
Pero no. Reina el silencio en casa, hay demasiada tranquilidad para mi gusto. Tras todo este tiempo que hemos pasado juntos te das cuenta que con esa gente con la que pasas 24 horas de tu vida ha pasado a convertirse en tu familia, gente con la que compartir los sucesos del día a día, tus problemas o preocupaciones por muy banales que sean, apoyarte en ellos cuando necesitas ayuda, a la vez que disfrutar juntos de esta experiencia única que es el Erasmus, de compartir mil anécdotas, de vivir momentos que nunca olvidaremos, de reírnos y disfrutar como nunca lo hemos hecho.
Te das cuenta de que ya estamos en Abril y que el tiempo pasa tan rápido que no te da tiempo de asimilar todo lo bueno que te ha ocurrido este año y la cantidad de personas que has conocido. Lo que has evolucionado y madurado. Cómo has cambiado de opinión en ciertos temas o gustos y has seguido aun más firme en otros. Aprendes a darle valor e importancia a las cosas que realmente la tienen y no ha preocuparte por cualquier cambio que sucede en tu vida. A dejarte llevar (confiar en el karma), tolerar, perdonar y adaptarte. A decir en alto lo que sientes, a no regodearte en lo malo y a ver el lado positivo de las cosas. A plantearte si quieres modificar algo de tu vida y buscar otro camino. Además de conocerte a ti mismo, ser valiente y tener paciencia.
Aprendes sobretodo que no todas las personas permanecen en tu vida para siempre pero las importantes sí marcan un antes y un después.
Han pasado dos días y ya les echo de menos, pero no pasa nada porque mañana vuelve mi "hermana" y todavía nos queda mucho por vivir aquí =)
miércoles, 6 de abril de 2011
Pene en puerta!
Llegó la temida visita actimeliana, los 6 amigos de Roberto.
Cuando les conocímos todos muy majos y modositos en el botellón en las gradas, pero en Life ya nos dimos cuenta de lo que nos esperaba, con los inesperados tripicos o incluso cuatripicos y siguiendo con la apuesta que hicieron "A ver quien se liaba con la más gorda y fea". Realmente no se quien ganó pero creo que incluso alguna osada les rechazó!
Llegamos a casa entre risas, Jaime con los zapatos de Vir a buscar comida, Roberto detrás de Villares quitandole la señal que llevaba y escondiendosela para que no la viese de nuevo...
Subimos y mientras unos jugaban al Pro otros gritaban "Virginia te quierooo, Virginia déjame entrar!"
Nos fuimos a la cama Vir y yo entre forcejeos y por azar, pero antes le dimos un beso a Javi diciéndole que él sí que se lo merecía, que era el único decente del grupo... pobres ingenuas.
Al día siguiente amanecimos en una casa llena de calma trás la tempestad del día anterior, que enseguida acaba cuando se levantan unas horas más tarde los chicos
- Unooos museitos?
Pues no. Todos a jugar al Pro. Cervezas, futbol, pizzas y más alcohol, así llega la noche Lapsus.
Llegamos a casa de Patillas las niñas, primer incidente: el maldito ascensor. Evidentemente que puedes esperar de un ascensor para dos personas cuando se meten 6 chicas, pues sí que se pare. Le damos al tercero y solo sube hasta el primero... y medio.
Intentamos abrir las puertas para salir por la rendija motivadísimas cual película de acción, pero la gente se empiezó a poner nerviosa y decidimos llamar a Roberto quien responde al teléfono con una sonora carcajada. "Roberto, vale ya, que esto es serio eh! No estoy de broma". Probamos a darle otra vez a los botones y acertamos con el sótano, pero no se que daba más respeto si quedarse dentro o salir a esa oscuridad
Al final entre alguna hiperventilación, deciden salir forzando las puertas y como Indiana Jones entre la maleza salimos nostras entre las bicis. Una obvia mofa nos espera al subir (por las escaleras) a la casa.
Primero en la cocina con el limoncello y luego en el salón con DJ particulares continua la fiesta, sacando trapos sucios de Lucía desmentimos su mote de "La elegante" aunque bueno con los pequeños detalles de beber vino rosado lo fue compensando... "Pero Lucía que elegante eres, coño"
Salimos de la casa y esa misma noche entre Palitas, comienzan los Penes en Puerta acojonadas del diablo que les había poseído decidimos no salir de las habitaciones.
A la mañana siguiente decidimos que lo mejor es no salir de fiesta, pero ¿En qué hora?
A las 5 de la mañana llegan como un gran huracán destrozando todo lo que encontraban. Nosotras que nos habíamos quedado en casa viendo una película de amor... nos despiertan a María, Lucía, Virginia y a mi.
Javi: "Buenos días señoras y señores de Turín, vamos a jugar a un juego... Peeeeeene en puertaaaa!!"
Unos golpes sospechosos en la puerta, "Y ahoraaa cerebro de mono contra puerta". Golpes más fuertes. También hubo olla con garbanzos y alguna cosa más. Nos intentamos controlar la risa pero era imposible.
Jaime: Venga chicas saliiid que no sabéis lo que os estáis perdiendo! Bueno mirad, si no queréis salir yo os digo una cosa voy SOLO con un calcetín y ya sabéis donde, pero estoy de plano secundario eh! Solo me miráis si queréis... eeeiii ;)
Entre risas e intentos de tirar la puerta abajo, acojonadas, tapadas con la sabana y susurrando no abráis, no abráis, Vir nos intenta calmar diciendo "Tranquilas chicas, he escondido todas las llaves" pero... otra vez ingenuas de la vida, ellos habían sido más listos y se habían guardado una antes de salir. Escuchamos como la llave se mete en la cerradura y empieza a girar, pero la gran forma de cerrar de Lucía nos salva y por mucho que se esfuerzan no logran abrir.
Mientras tanto yo le mandaba a Rober mensajes: "Tengo miedo" y su respuesta consoladora "Por lo que más queráis, no abráis". Simplemente genial. Nos envía un mensaje más: "Aguantad 15 minutos y se acaba" y así fue, creemos que Jaime se quedo un rato más de plano secundario soltando "eiiii" cada vez que alguien se movía o pasaba por su lado.
Al despertar encontramos dos reliquias, unos cuadritos de moda robados de una exposición (siento decir que el que estaba medio doblado ha sido sacrificado) y un post-it de "Virginia, te quiero" (cortesía de Jaime). Pero por favor, no esperabais venganza? A las 11 un buen despertar gritando "Buenos días princesasssss" era lo que merecíais. Gritando y chillando un poco, al final les dejamos dormir un rato más y cuando despiertan nos cuentan su teoría de que estamos amariconando a Roberto y que esa noche volvió a sus orígenes cuando cogió una tubería y la tiró por la calle. Mother of god!
La visita acaba con la despedida de Quique, el primero de los Castello abandona la ciudad =(
Comida en la mensa para 30, bizcochos, gorritos de fiesta y matasuegras, una banda para uno de los mejores y todo nuestro amor!
Bebemos en la mensa y vamos al Traballo, donde Quique estaba más solicitado para hacerse fotos que George Clooney.
Con más cuatripicos, acabamos patinando en la pista de hielo provisional de Vittorio Veneto. Cabadas camicace, lo da todo al igual que Pelu. Al final ya derrotados decidimos volver en Taxi, bueno más bien lo decide Lucía. Brazos caídos, pelo sobre la cara mojado, ojos de "voy mas ciega que su puta madre" pidiendo "porrr favooorrr, podemos coger un taxi e irnos a casa?"
Jaime flipando con Lucía, la elegante: pero bueno Lucía, estás borracha?
Llegamos a casa y Lucía sin traicionar a su mote de Pollito, se baja al tercero a expulsar todo lo que llevaba dentro entre los mimos y caricias de Jaime y Virginia. Cuando suben nuestros niños (como no les vamos a llamar NUESTROS niños) nos sorprenden por el día de San Valentín, con una rosa dándonos las gracias por estos 5 días. Gracias a vosotros!
Esta visita marcó un antes y un después en nuestro Erasmus.
Cuando les conocímos todos muy majos y modositos en el botellón en las gradas, pero en Life ya nos dimos cuenta de lo que nos esperaba, con los inesperados tripicos o incluso cuatripicos y siguiendo con la apuesta que hicieron "A ver quien se liaba con la más gorda y fea". Realmente no se quien ganó pero creo que incluso alguna osada les rechazó!
Llegamos a casa entre risas, Jaime con los zapatos de Vir a buscar comida, Roberto detrás de Villares quitandole la señal que llevaba y escondiendosela para que no la viese de nuevo...
Subimos y mientras unos jugaban al Pro otros gritaban "Virginia te quierooo, Virginia déjame entrar!"
Nos fuimos a la cama Vir y yo entre forcejeos y por azar, pero antes le dimos un beso a Javi diciéndole que él sí que se lo merecía, que era el único decente del grupo... pobres ingenuas.
Al día siguiente amanecimos en una casa llena de calma trás la tempestad del día anterior, que enseguida acaba cuando se levantan unas horas más tarde los chicos
- Unooos museitos?
Pues no. Todos a jugar al Pro. Cervezas, futbol, pizzas y más alcohol, así llega la noche Lapsus.
Llegamos a casa de Patillas las niñas, primer incidente: el maldito ascensor. Evidentemente que puedes esperar de un ascensor para dos personas cuando se meten 6 chicas, pues sí que se pare. Le damos al tercero y solo sube hasta el primero... y medio.
Intentamos abrir las puertas para salir por la rendija motivadísimas cual película de acción, pero la gente se empiezó a poner nerviosa y decidimos llamar a Roberto quien responde al teléfono con una sonora carcajada. "Roberto, vale ya, que esto es serio eh! No estoy de broma". Probamos a darle otra vez a los botones y acertamos con el sótano, pero no se que daba más respeto si quedarse dentro o salir a esa oscuridad
Al final entre alguna hiperventilación, deciden salir forzando las puertas y como Indiana Jones entre la maleza salimos nostras entre las bicis. Una obvia mofa nos espera al subir (por las escaleras) a la casa.
Primero en la cocina con el limoncello y luego en el salón con DJ particulares continua la fiesta, sacando trapos sucios de Lucía desmentimos su mote de "La elegante" aunque bueno con los pequeños detalles de beber vino rosado lo fue compensando... "Pero Lucía que elegante eres, coño"
Salimos de la casa y esa misma noche entre Palitas, comienzan los Penes en Puerta acojonadas del diablo que les había poseído decidimos no salir de las habitaciones.
A la mañana siguiente decidimos que lo mejor es no salir de fiesta, pero ¿En qué hora?
A las 5 de la mañana llegan como un gran huracán destrozando todo lo que encontraban. Nosotras que nos habíamos quedado en casa viendo una película de amor... nos despiertan a María, Lucía, Virginia y a mi.
Javi: "Buenos días señoras y señores de Turín, vamos a jugar a un juego... Peeeeeene en puertaaaa!!"
Unos golpes sospechosos en la puerta, "Y ahoraaa cerebro de mono contra puerta". Golpes más fuertes. También hubo olla con garbanzos y alguna cosa más. Nos intentamos controlar la risa pero era imposible.
Jaime: Venga chicas saliiid que no sabéis lo que os estáis perdiendo! Bueno mirad, si no queréis salir yo os digo una cosa voy SOLO con un calcetín y ya sabéis donde, pero estoy de plano secundario eh! Solo me miráis si queréis... eeeiii ;)
Entre risas e intentos de tirar la puerta abajo, acojonadas, tapadas con la sabana y susurrando no abráis, no abráis, Vir nos intenta calmar diciendo "Tranquilas chicas, he escondido todas las llaves" pero... otra vez ingenuas de la vida, ellos habían sido más listos y se habían guardado una antes de salir. Escuchamos como la llave se mete en la cerradura y empieza a girar, pero la gran forma de cerrar de Lucía nos salva y por mucho que se esfuerzan no logran abrir.
Mientras tanto yo le mandaba a Rober mensajes: "Tengo miedo" y su respuesta consoladora "Por lo que más queráis, no abráis". Simplemente genial. Nos envía un mensaje más: "Aguantad 15 minutos y se acaba" y así fue, creemos que Jaime se quedo un rato más de plano secundario soltando "eiiii" cada vez que alguien se movía o pasaba por su lado.
Al despertar encontramos dos reliquias, unos cuadritos de moda robados de una exposición (siento decir que el que estaba medio doblado ha sido sacrificado) y un post-it de "Virginia, te quiero" (cortesía de Jaime). Pero por favor, no esperabais venganza? A las 11 un buen despertar gritando "Buenos días princesasssss" era lo que merecíais. Gritando y chillando un poco, al final les dejamos dormir un rato más y cuando despiertan nos cuentan su teoría de que estamos amariconando a Roberto y que esa noche volvió a sus orígenes cuando cogió una tubería y la tiró por la calle. Mother of god!
Comida en la mensa para 30, bizcochos, gorritos de fiesta y matasuegras, una banda para uno de los mejores y todo nuestro amor!
Bebemos en la mensa y vamos al Traballo, donde Quique estaba más solicitado para hacerse fotos que George Clooney.
Con más cuatripicos, acabamos patinando en la pista de hielo provisional de Vittorio Veneto. Cabadas camicace, lo da todo al igual que Pelu. Al final ya derrotados decidimos volver en Taxi, bueno más bien lo decide Lucía. Brazos caídos, pelo sobre la cara mojado, ojos de "voy mas ciega que su puta madre" pidiendo "porrr favooorrr, podemos coger un taxi e irnos a casa?"
Jaime flipando con Lucía, la elegante: pero bueno Lucía, estás borracha?
Llegamos a casa y Lucía sin traicionar a su mote de Pollito, se baja al tercero a expulsar todo lo que llevaba dentro entre los mimos y caricias de Jaime y Virginia. Cuando suben nuestros niños (como no les vamos a llamar NUESTROS niños) nos sorprenden por el día de San Valentín, con una rosa dándonos las gracias por estos 5 días. Gracias a vosotros!
Esta visita marcó un antes y un después en nuestro Erasmus.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)