...nuestro primer objetivo fue encontrar la playa ya que hacía unos 180º a la sombra, y ahí 6 erasmus indigentes tiraron sus maletas sobre la arena.
Fer: a cuantos se nos ha olvidado el bañador?
Todos: silencio
Así que Fer en calzoncillos y el resto nos metimos al agua donde lanzamos a María por los aires unas cuantas veces. Sergio que es un auténtico gato, quería salirse del agua a toda costa, así que nos ganó proponiéndonos ir al chiringuito a tomar unas birras. Problem? Pues a eso fuimos, a copar el chiringuito porque no nos movimos de ahí en todo el día. Todo comenzó jugando a Meca (culo para los amigos) a quien le tocase el mismo puesto durante 3 veces tenía que pagar una bolsa de patatas y finalizó jugando a un Burro muy especial. Que tenía como castigo a quien consiguiese las 5 letras una escena un poco humillante. Eso se convirtió en una auténtica lucha por la victoria, poco a poco fuimos ganando letras, menos Sergio que las ganó de golpe xD y cuando ya solo nos quedaba la última letra a todos menos a Fer y a Ramón esto fue lo que sucedió:
Hicimos el ojo de halcón y está claro que Ramón no pone la mano, así que llegamos a la final todos menos Fer que estaba relajadísimo y yo a punto de darme una taquicardia, quien me conoce sabe que este juego me encanta y a la vez me pone muy nerviosa, así que sin poder parar de reírme reanudó el juego y evidentemente Sergio me la lió diciendo una palabra muy parecida en la que yo puse toda la manaza con todas mis energías (o las que me quedaban) y nada, a pagar lo que tocaba, humillante fue y público no se va a hacer.
Los italianos al vernos tan histéricos nos miraban flipando y más fliparon cuando nos fuimos a duchar con shampoo incluido. Hombreee, tu que prefieres? Había que pagar 50 céntimos, pero el del chiringuito nos los devolvió porque realmente nos vio cara de pobres, bueno a todos menos a Fer que pagó sus 50 céntimos y se duchó sin jabón.
Nota: Ramón se duchó desnudo.
Ya vestiditos y con la sal fuera de nuestros cuerpos, fuimos a dar una vuelta por el pueblo, muy bonito por cierto, y acabamos en un restaurante a comer unas pizzas, se supone que cuanto más al sur estás de Italia, más ricas están. A Fer le trollearon la suya con cebolla y todos sabemos que le escupieron en la segunda que le trajeron. Vilchez!
Teníamos que hacer tiempo hasta las 3 que salía el tren, esperamos dando puta pena en la estación junto a un cojo, un tipo bizco que nos preguntó si íbamos a Calabria y unas cucarachas de las que huímos.
Nos montamos 3 horas hasta Roma durmiendo como pudimos, aquí tuvimos otra baja, Fer se volvió a Torino, el resto de los supervivientes cogimos otro hasta chinanosecuantos y por fin un bus hasta Siena. Destrozados no, como si nos hubiesen dado una paliza en ese mismo instante, paseamos por la ciudad y disfrutamos lo que pudimos de ella.
A estas alturas, los que hayan leído todo esto habrán podido comprobar que todas las sucias que pretendíamos hacer, nos las pillaban, que nuestra situación económica cada vez iba a peor y que si algo podía salir mal, saldría. Pues hombre el viaje de vuelta no iba a ser menos! Huelga de trenes en la Toscana, antes de las 5 los trenes podían partir... o no. Durante este viaje comprendimos que el karma realmente castiga. Logramos llegar a nuestros destinos antes de las 5, el viaje acabó con Ramón, Roberto y María cogiendo unos 6 trenes para volver a Torino y Sergio y yo que desistimos cogimos uno directo, en el que nos montamos en primera clase, por probar hasta que nos echasen, con la risa tonta de pobres nos metimos en un vagón donde se respiraba un aura distinta, de tranquilidad, todos trajeados y nosotros andrajosos, jugando con los botones del asiento que te suben y bajan automáticamente, como dos críos echando carreras. Pero como unos señores, rechazamos los snaks, vino frichante, café y otros manjares de la vida que nos ofrecieron GRATIS (no sea que nos los cobren cuando nos pillen). A la que viene el revisor ponemos nuestra mayor cara de seguridad y le entregamos el billete, este nos habla como si fuésemos retrasados, nos manda a 2º clase y ahí te molestaba todo, las toses, la gente moviéndose de un lado a otro, el codo de Sergio...
Ahí pasamos las dos horas siguientes y por fin llegamos a Torino que no a casa, porque nos pasamos la parada del bus y cuando alguien está muy, muy cansado, pasa a convertirse en un niño de 5 años, y entre tonterías y risas nos costó lo nuestro llegar a Vincenzo Nazzaro.
Hogar, dulce hogar.